Por: Alejandro Romero
Hablar de Holbox, es igual a hablar del paraíso.
Esta isla del caribe es uno de los mejores lugares en el que he estado en toda mi vida. Imagina llegar a una isla totalmente pérdida en el caribe, una isla sin calles, sin autos, solo llena de buena vibra y mucha naturaleza.
Mi primer visita a Holbox ya tiene varios años y realmente en ese entonces era un paraíso perdido, casi nadie sabía de ella, su nombre no era mencionado y había muy pocos turistas. Años despues, como todos los paraísos perdidos, se van encontrando y recomendado de boca en boca, sin embargo, a la fecha, sigue siendo un lugar impresionante para perderte al menos por un par de días.
El año pasado volví a visitar Holbox con uno de mis amigos del alma y…¡qué buen viaje! No cabe duda que cuando viajas con alguien muy cercano a ti, las experiencias se tornan muy distintas, recuerdo literalmente cada momento que pasamos en la Isla. Específicamente voy a hablar de nuestra experiencia nadando con el tiburón ballena, algo fuera de este planeta.
Para comenzar la travesía te diriges a uno de los pequeños muelles de Holbox, aquí subes a tu lancha y comienzas el viaje. Navegamos por casi 3 horas, el paisaje era totalmente mar, no había ningún signo de población o más embarcaciones durante el camino, puedes observar de todo durante este viaje, manta rayas gigantes, tortugas gigantes, delfines y muchas otras especies. Una vez que llegas al punto de encuentro, tu corazón se paraliza, tu aliento se detiene y no queda más, solo deleitarte con el pez más grande del mundo. A nuestro alrededor había al menos 20 tiburones ballena, te preparas, te pones el equipo necesario y vas a tener al menos 3 oportunidades de bajar a nadar con ellos.
Ahí estaba mi encuentro con esta especie, un pez tan elegante, tan imponente, listo para nadar junto a ti, ellos están todo el tiempo comiendo plancton, por eso siempre tienen la boca abierta, cabe recalcar que su “pequeña” boca puede medir hasta 6 metros, es decir, fácil entras ahí de un suspiro (la ventaja es que son vegetarianos). Sin pensarlo mucho, me aventé al agua, mi primer intento fue totalmente fallido, quedé paralizado con semejante tamaño. Listo y mentalizado para mi segundo intento, me volví a lanzar, ahora sí, estaba nadando con ellos, vaya que se mueven rápido, para donde gires la cabeza ves tiburones ballena, todos comiendo, todos imponentes, tú solo tienes que nadar a su lado para admirar su belleza. Algo bastante curioso es que ellos no se sienten intimidados por los humanos, no al menos en esa ocasión, entonces se te dejan venir nadando directamente hacia donde tú estás, esto lo hace todavía más impresionante, porque literalmente, puedes observarlos a menos de 1 metro tuyo, son momentos indescriptibles.
Después de tan increíble experiencia, vuelves a la lancha y sigue la travesía, nuestro guía nos llevó a una zona de manglares realmente de ensueño, llegar ahí, en medio de la nada, con la marea baja, rayas pequeñas, tortugas gigantes, algunos pequeños tiburones espada y otras especies, hizo de ese lugar, otro momento paradisiaco, esos momentos donde el tiempo se detiene y tu mente no entiende por completo la belleza natural que estás admirando.
Para finalizar este viaje, terminas apreciando de lejos algunos flamencos ya en la isla, es muy bonito ver sus colores y lo finos que son.
Si estás planeando tu viaje a Holbox, procura hacerlo durante la temporada de tiburón ballena, para que te asegures que vas a nadar con ellos, viaja entre junio y agosto, son los 3 mejores meses.
Siempre recuerda ser amigable con los entornos que vas a visitar, hay que esforzarnos por conservar lo más natural posibles todos estos paraísos que tenemos para visitar.